En este proyecto emergen naturalmente todos los elementos que definen la idea que de la casa tiene el Arq. Margoniner. Desarrollo lineal, doble altura interior, respeto por el terreno en la implantación y aprovechamiento máximo del contacto con la naturaleza circundante. Se trata de una casa de campo a orillas de una laguna, las 26 hectáreas hicieron posible que el volumen de 1.670 metros cuadrados pasara inadvertida, la escala es importante. La fachada principal fue dotada de un gran pórtico de origen clásico que ordena la circulación vehicular generando una plazoleta. La fachada posterior volcada hacia la laguna es, como corresponde, la más importante. La casa cuenta en su desarrollo lineal con una barbacoa integrada al edificio principal coronada con una cubierta de paja a partir de la cual se desarrolla una galería, también cubierta con paja a dos aguas que comunica con la cochera, la dependencia de servicio y mas allá una esplendida casa para huéspedes.

El interior de la casa es grandilocuente; el living principal supera los 200 metros cuadrados, y todos los ambientes, incluso la cocina, miran hacia la laguna. La doble altura del cuerpo central de la planta baja permite una majestuosa escalera y una pasarela elevada que oficia de balcón y conduce hacia la suite principal que supera los 150 metros cuadrados y es el único ambiente en la planta superior en ese sector. La doble altura en el eje de la planta desciende un nivel más y se integra, respetando la pendiente natural del terreno con la cava y el gimnasio. Ese sector limpio esta marcado horizontalmente por una raja de mármol con un circuito de agua constante que nace en la cava y llega hasta el pináculo de la cubierta principal. El efecto sorprende, aporta estéticamente y cuenta con el buen gusto de los habitantes que equiparon con muebles originales de Versace.